Descarbonización

Los minerales y los metales forman la columna vertebral del mundo moderno. En cualquier lugar del mundo donde se habite, se podrá encontrar cobre en sus diferentes usos y aplicaciones, muchas de las cuales son esenciales para la comunidad. En las diferentes actividades laborales como trabajadores de la salud, transportistas, educadores y servicios de entrega (delivery), en todos ellos hay presencia del cobre en sus equipos y funciones críticas que contribuyen al bienestar de las personas, en particular, en los dispositivos electrónicos, suministro y almacenamiento eléctrico, transporte, comunicación y agua potable.

La industria del cobre está comprometida en proporcionar la materia prima desde las minas y fundiciones / refinerías para la fabricación de bienes o productos terminados que cumplen una función esencial para la salud y la vida diaria de las personas.

La Asociación Internacional del Cobre, o International Copper Association (ICA) y sus miembros han desarrollado la hoja de ruta “Cobre: El Camino Hacia Net Zero”, o el “Camino” en estrecha colaboración con McKinsey & Company, empresa internacional de consultoría de gestión con amplia experiencia asesorando a productores de cobre sobre la descarbonización. Los miembros de ICA representan aproximadamente el 50 por ciento de la producción mundial de cobre refinado y están en condiciones de recopilar y analizar datos relacionados con las emisiones de carbono. Este documento describe el compromiso de las compañías para avanzar en la descarbonización de los procesos asociados a la producción de cobre -una materia prima clave fundamental para la transición energética- y presenta estrategias para acercar lo más posible la huella de carbono a Net Zero hacia el 2050 en la minería, fundición, refinación y reciclaje de cobre.

Desarrollar una hoja de ruta mundial para que la industria del cobre reduzca las emisiones de carbono plantea un desafío fundamental para los próximos 30 años. Para lograr este propósito se requiere de una rigurosa recopilación de datos, un análisis en profundidad y modelos para trazar caminos potenciales para una transición energética limpia en todo el sector. Cualquier pronóstico de la capacidad de la industria para reducir las emisiones de carbono -y las estrategias para lograr los objetivos- debe abordar temas relacionados con la producción, los cambios en la tecnología y las tendencias de la economía global.

En este escenario, ICA  evaluó las actuales emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) a nivel mundial de la industria del cobre con el apoyo de Quantis, consultora de sustentabilidad ambiental. Los analistas recopilaron datos de emisiones de los miembros de ICA para cada etapa o actividad del proceso de producción de cobre utilizando el 2018 como Línea de Base debido a que la pandemia de COVID y los efectos sobre las cadenas de producción y consumo distorsionaron las cifras de los años posteriores. En eset sentido, se incorporaron datos sobre los factores de emisión de la red eléctrica local publicados por la Agencia Internacional de Energía (AIE) y el modelo de existencias y flujos mundiales de cobre elaborado por el Instituto Fraunhofer para evaluar la huella de carbono del 2018 de toda la industria del cobre. También recopilaron datos sobre las emisiones de GEI de Alcance 3 de bienes y servicios adquiridos, actividades relacionadas con el combustible y la energía, transporte en las fases anteriores y posteriores de la cadena de valor, desechos operativos y tratamiento a los productos vendidos y en desuso, seis categorías que representan la mayor parte de las emisiones de Alcance 3 para los productores de cobre.

Luego, McKinsey desarrolló esta evaluación de la huella de carbono en un perfil de emisiones para 14 tipos de procesos de producción, que incluyen varias etapas y tecnologías (“arquetipos” -ver Anexo 1) y cubren la extracción, refinado, fundición y reciclaje del cobre. La etapa de producción “minería”, por ejemplo, incluye minería a cielo abierto, minería subterránea con tecnología de cámaras y pilares, minería subterránea con tecnología de hundimiento de bloques y minería subterránea con taponamiento de pozos largos. Posteriormente, se evaluaron las opciones para reducir las emisiones de GEI de la producción de cobre dentro de cuatro categorías de reducción: combustibles alternativos, electricidad descarbonizada, electrificación de equipos y mejoras de la eficiencia energética.

El análisis considera las opciones de reducción de emisiones para cada arquetipo, su potencial para reducir las emisiones y su costo total de propiedad (CTP) para establecer la Curva de Costos Marginales de Reducción sin Restricciones (CCMR). Basándose en la CCMR sin Restricciones, el estudio entonces calcula una CCMR Restringida para cada región del mundo que considera la intensidad de emisiones de la red eléctrica, la disponibilidad de cada opción de reducción y su CTP a largo plazo. Este análisis establece un camino para reducir las emisiones de GEI de Alcance 1 y 2 para cada arquetipo en cada región y presenta:

  • Las opciones más efectivas de reducción de emisiones
  • El cronograma y las secuencias recomendadas para implementar estas opciones, con dos hitos intermedios para el 2030 y 2040 y un tercer objetivo para el 2050
  • La inversión financiera requerida para alcanzar estos objetivos

Al combinar las CCMRs Restringidas de todas las regiones del mundo, el análisis desarrolla una visión global que demuestra:

  • El potencial de reducción de emisiones de GEI de Alcance 1 y 2 para el 2030, 2040 y 2050
  • El portafolio de tecnologías con potencial para lograr esta reducción
  • Una primera estimación de las inversiones financieras a nivel global requeridas para implementar tales tecnologías

El análisis estima el potencial de reducción de las emisiones de GEI de Alcance 1 y 2 a través de un análisis ascendente basado en información sobre activos de producción de cobre, proyectos de desarrollo minero informados y pronósticos por países sobre la evolución de los factores de emisión de la red. En contraste, proporciona un análisis descendente de las emisiones de GEI del Alcance 3 que identifica las opciones de reducción de emisiones para cada una de las categorías del Alcance 3 que examina. La mayoría de estas opciones requerirán alianzas entre productores de cobre, proveedores y clientes de la industria.

Este trabajo sirve como base para un camino de descarbonización por parte de la industria mundial del cobre. El Camino describe los compromisos que los miembros de ICA asumirán para trabajar hacia la meta de Net Zero de emisiones de GEI para el 2050 en todo el sector. Sin embargo, el Camino no pretende ser prescriptivo sobre cómo descarbonizar lugares específicos de producción de cobre, ya que los productores individuales saben mejor qué medidas de descarbonización implementar en sus activos. Más bien, analiza las opciones de descarbonización disponibles para proponer una trayectoria general hacia emisiones Net Zero para la industria mundial de producción de cobre. El Camino también determina las estrategias y condiciones requeridas, incluidas las inversiones financieras, equipos, tecnologías y acceso a electricidad descarbonizada. Destaca los esfuerzos de todo el sector necesarios para alcanzar una producción de cobre climáticamente neutra para el 2050 dadas las limitaciones que plantea el actual portafolio de tecnologías de descarbonización.

Se espera que las trayectorias de reducción de emisiones de GEI de cada miembro de ICA varíen debido a las diferencias significativas que existen entre las regiones geográficas en las que se produce cobre, por ejemplo, en términos del desarrollo proyectado de fuentes de energía renovable asequibles y confiables. La trayectoria colectiva es, por lo tanto, indicativa para la industria en su conjunto, y cada miembro seguirá siendo responsable de establecer sus propios objetivos intermedios de reducción de emisiones de GEI hacia el Net Zero.

Fuente: https://copperalliance.org/es/resource/cobre-el-camino-hacia-net-zero/

DOCUMENTOS DE INTERÉS

COBRE
El Camino hacia Net Zero