INDUSTRIA DEL COBRE

La industria del cobre es un importante contribuyente a la economía global. El cobre es más que solo un metal extraído; proporciona trabajos y promueve un nivel más alto de vida. Una tonelada de cobre brinda funcionalidad en 40 vehículos, alimenta a 60,000 teléfonos móviles, permite operaciones en 400 computadoras y distribuye electricidad a 30 hogares.

La industria del cobre proporciona beneficios no tan solo a las compañías que extraen cobre y fabrican productos a partir de él, sino a todo aquellos que lo utilizan y se benefician de sus propiedades y aplicaciones. El cobre estimula el empleo en las economías locales y regionales para una amplia gama de trabajos, desde fontaneros y electricistas hasta trabajadores de la industria automotriz y fabricantes de equipos electrónicos. Estos sectores «aguas abajo» emplean a un gran número de personas y representan una parte más grande de las economías locales, regionales y mundiales.

Además, la industria del cobre respalda economías sostenibles. Según el líder de una compañía minera global, la industria minera global maneja casi la mitad del producto interno bruto (PIB) mundial, ya sea directamente o mediante el uso de productos que facilitan otras industrias. Las minas crean oportunidades de empleo, apoyan y fortalecen los sistemas comunitarios de transporte público, las infraestructuras comerciales / comerciales y las demandas de energía de la comunidad, y permiten a los agricultores producir más y llevar sus productos a los mercados.

La perspectiva de la industria del cobre también parece positiva para la economía mundial. Un informe de 2016 del International Council of Mining and Metals (ICMM) señala que la industria minera es una fuerza importante en la economía mundial, haciendo hincapié en que muchos países de bajos y medianos ingresos dependen de la minería para el éxito económico nacional. Los Estudios de Caso de ICMM muestran que las ganancias de divisas de la minería pueden crear efectos positivos en el desarrollo.

En muchos países, la industria de la minería y los metales contribuye a la creación de empleo, la reducción de la pobreza y un aumento en la calidad de vida.