Las investigaciones sobre Electromovilidad (E-mobility) realizadas por IDTechEx demuestran que el cobre jugará un papel esencial en tres áreas clave: almacenamiento de energía, infraestructura de carga, y producción de vehículos eléctricos. Del mismo modo en que los vehículos a motor de combustión interna requieren una red de estaciones de servicio, los vehículos eléctricos requieren una infraestructura basada en tecnologías que emplean el cobre.

Dentro de la gama de aplicaciones para la Electromovilidad, se considera que el almacenamiento de energía será el aspecto más intensivo en uso de cobre. Se calcula que para cada kilowatt-hora de una batería de ion-litio, se emplea entre 1,1 y 1,2 kilos de cobre. Las proyecciones indican que ello podría significar hasta 600.000 toneladas adicionales de demanda de cobre de aquí al 2027.